Friday 23 December 2011

Capitulo 1



Cerré la puerta detrás de mi y eché a correr por el pasillo, hacia la salida.
“Odio detención” Pensé mientras salí al estacionamiento. No sabía si Max me había esperado, porque no me había contestado nada cuando le avisé que me debía quedar a detención, y si no lo había hecho  seguramente me iba a tener que ir caminando hasta mi casa…
Recorrí el lugar con la mirada; el auto de mi mejor amiga no estaba allí… Resignada salí del instituto: Pues sí, debía ir a pie. Me puse a buscar mis audífonos en mi mochila, para por lo menos irme escuchando música, y fue entonces cuando una voz resonó detrás de mi.

-Pasaste junto a mi y nada. Me siento completamente ignorado.

Me giré, reconociendo la voz y lo vi: Apoyado en su Harley Sprint negra y con una sonrisa burlona en el rostro, ahí estaba Jacob salvándome el día.

-¡Lo siento Jake!-me disculpé volviendo sobre mis pasos.-No iba concentrada y…

-No, no; Excusas baratas.-dijo Jacob dándome la espalda y mirándome con un ojo por sobre su hombro. Reí por lo bajo y me puse en frente de él.

-Vamos Jake…-me puse de puntillas pero él seguía evitándome.-¿Perdón?-puse mi mejor cara de arrepentida y esperé.

Jacob abrió un ojo, luego los dos y rió fuertemente.

-No seas tonta, claro que no pasa nada.-me desordenó el cabello riendo. Me lo arreglé y resoplé:

-Tú eres el tonto, ¡Enojarse por algo asi!-ambos estábamos de broma.

-Es que yo venía aquí a esperarte y vas tú y pasas de largo…

-Me sorprende tanto como a ti.-admití echándole un vistazo.-¡Estás enorme! ¿Cómo no te vi?-Jake rió.-Oye, ¿Y esto del estirón lobuno no se detiene?

Jacob se encogió de hombros.

-Creo que eres tú la que se está empequeñeciendo, Cam.-bromeó y yo lo empujé con mi hombro, riendo.

-Mastodonte.-me burlé y él puso los ojos en blanco.
-En fin, ¿Vamos o qué?-señaló la moto con su barbilla.
-¿Asi que enserio venías a buscarme?
-Claro.-repuso.-¿Qué creías que venía a hacer aquí? ¿Disfrutar del sol imaginario?
Reí. Hace días que las nubes no despejaban el cielo de Forks.
-Ya cállate y vámonos.-le dije y sonreí como él.
Jacob me entregó el único casco. Primero lo hice girar entre las manos, titubeante, pero me obligó a colocármelo. Luego se subió a la moto y yo me subí detrás de él, enrollando mis brazos en su enorme cuerpo, y arrancó la moto.
Me encantaba el sentimiento en mis venas cuando andaba en moto con Jacob; adrenalina, quizás agobio, y tal vez mucha felicidad oculta al estar asi de próxima a él: mi mejilla apoyada en su espalda (Claro ahora no era el caso pues había traído el estúpido casco), mis brazos a su alrededor y los tiernos besos en la frente que me daba cuando nos deteníamos en algún semáforo. Ambos ya estábamos acostumbrados al viento que nos golpeaba cuando la moto iba a mucha velocidad e incluso disfrutábamos de él.
Me encantaba Jacob.
Ya habían transcurrido por lo menos 5 meses desde que me contó que era un hombre lobo, por lo mismo su interminable estirón y su elevada temperatura, entre otras cualidades más. Recordaba a la perfección aquellas interminables semanas en que Jake me había comenzado a ignorar, pero estaba por concluir la cuarta semana me harté y decidí ir a La Push para saber qué ocurría. La tarde de ese mismo día ya me había enterado de todo.
Y es que no soportaba la idea de estar lejos de él. Lo conocía hace casi dos años, a mí siempre me pareció que era mucho más. Para mí, que fuera hombre lobo no era nada, algo que ponía a Jake siempre de muy buen humor.

Cuando llegamos a la casa de Jake en la reserva, nos bajamos de la moto y entramos.

-Bienvenida otra vez.-dijo Jake abriéndome la puerta y luego entrando detrás de mí.

-¿Lo dirás siempre?-le pregunté riendo por lo bajo.

-No. Sólo cuando lo seas.

Reí mientras me sentaba en el sofá.

-Espera aquí, te tengo una sorpresa.-y desapareció por la puerta de su pieza.

Mientras esperaba, cogí mi celular y le mande un mensaje de texto a Max: “Gracias por esperarme ¬¬, menos mal que Jake decidió pasar por mi (L)”
Me lo contestó casi al instante: “Qué bueno que alcanzó a llegar, él me dijo que no tardaría y lo planeamos. De nada ;)
Le respondí un poco arrepentida: “¡Y no me avisas! ¿Cómo te fuiste?
“No habría sido sorpresa (: Edward me trae.”
“Vaya. Suerte.”

Justo en ese momento volvió Jacob, sin absolutamente nada en las manos.

-¿Qué haces?-preguntó curioso.

-Le mensajeaba a Max. ¿Asi que se pusieron de acuerdo?

Jacob asintió pero no añadió nada.

-Bueno, ¿Y que era esa sorpresa?-pregunté advirtiendo que no había traído nada en las manos. Jake me miró con una sonrisa de oreja a oreja.

-Debo llevarte fuera para que la veas.

Me levanté y le sonreí.

-Vamos.
Cuando salimos, Jake se puso atrás mío y me tapó los ojos, “para asegurarse”. Luego me guió por un camino muy desigual, donde estuvimos a punto de caernos mil veces, muertos de la risa. No tenía idea a donde me llevaba pero no estaba muy ansiosa… Me la estaba pasando bien.
Entonces Jacob me hizo detenerme y murmuró:

-Espera aquí. No abras los ojos ¿Si?

-Okay.

No necesitó preguntarlo dos veces. Retiró sus manos y se fue a no sé dónde. Estuve allí tres minutos (Sí, los conté) cuando de pronto alguien me toma los hombros por detrás y dice: “¡BU!”
Abrí los ojos y grité sobresaltada, por supuesto era Jacob soltando grandes carcajadas.

-¡Jacob!-.reproché todavía asustada.-¡Pesado!

-Lo siento Cam.-dijo aun riéndose.-Pero mira.-señaló con su barbilla algo detrás de mi.-Ahí está tu regalo.

Me di la vuelta y ahí noté que estábamos en el garaje de Jake, y en la entrada,  mi regalo.
Una moto, muy parecida a la que él tenía, color rojo y negro; no era nueva pero eso no era un defecto. De hecho la moto tenía personalidad y… Me encantaba.

-La hice yo.-comentó poniéndose a mi lado. Detecté una nota de orgullo en su voz.

-¿Desde el principio?-pregunté sin creerlo.

-Desde el principio.-Sonrió.

Me acerqué a la moto con sutileza,  conmovida. ¿La había hecho solo para mi?

-Pensé que ya era hora de que tuvieras una por tu cuenta.-comentó él.

-Pero me gusta cuando andamos los dos juntos.-dije, un poquito decepcionada. Jake me sonrió.

-Ni creas que esos paseos se acabarán.

Aliviada, volví a examinar la moto.

-¿Quieres estrenarla?

-Pero no tengo la llave.-caí en la cuenta. Entonces Jake sacó unas llaves de su bolsillo, intentando aguantar la risa.-Vaya. ¿Supongo que fue eso lo que fuiste a buscar a tu pieza?-me acerqué y le quité las llaves, sonriendo.

-Sip.-también sonreía.

-Bueno, al menos tenemos algo que hacer.-tomé la moto y la dirigí hacia afuera. Jacob pasó por mi lado y fue a buscar la suya.

Cuando llegué a su lado sonreí y me monté en la moto. Es una suerte que Jake me haya enseñado unos meses atrás a andar en moto, la verdad. Jacob también se subió a su moto y partió el motor, yo hice lo mismo en la mía, lo miré y partimos.

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-Me lo pasé muy bien.-le dije a Jacob unas horas más tarde en su casa.-Hay que ir por ahí mas seguido.

-Por mi está bien.

Jake me sonreía. Estábamos ambos sentados en el sofá de su living, sólo con la televisión encendida aunque sin ver ningún programa. Apoyé mi cabeza en su hombro y le dije con pesar:

-Ahora no me quiero ir.

-No lo hagas.-sugirió él. Puse los ojos en blanco.

-Que mas quisieras tú.

Jacob iba a contestarme pero se interrumpió al instante. Se levantó a medias en el sofá y permaneció muy quieto, como a la escucha de algo. Me preocupé.

-¿Jake…?-susurré cuando cogió el control remoto y apagó la TV, dejándonos a oscuras.-No te veo. ¿Qué…?

-Lo siento Cam…Debo irme.-dijo de pronto con tristeza y malhumor en la voz. Me asusté ¿Qué había pasado? Pero sabía que no lo podía retener.

Aun así había algo que sí me preocupaba.

-¡De verdad que no me puedo quedar aquí!-le dije un tanto alarmada porque al parecer eso era lo que pretendía Jacob. Marcharse, volver y seguir encontrándome aquí. Se levantó y me levantó a mi, suspirando.

-Lo sé…-contestó pensativo. Esta vez suspiré yo.

-Tomaré la moto y me iré.-el único problema sería esconderla unas horas de mis padres pero…

-No. Yo te llevaré.-y dicho esto me tomó de la mano llevándome fuera

-Pareces apurado.-dije tomando el casco que de nuevo me ofrecía y mirándolo fijamente.-Puedo irme sola.

-No puedo dejar que te vayas sola, te iré a dejar y luego podré irme.-se subió a la moto y con un suspiro me subí yo también.

Arrancó el motor y nos dirigimos a Forks otra vez.
Luego allí, en tan solo 10 minutos (me pregunto a qué velocidad habrá ido Jacob), me bajé en la puerta de mi casa y lo miré con atención.

-Lo siento, pero es una emergencia.-se disculpó y yo asentí.

-Pero, ¿Estás bien?-le pregunté. No lo parecía.

-Sí, sí. Bye Cam.-besó mi frente, cogió su moto y desapareció.

Entré a mi casa. La luz del pasillo estaba apagada y choqué contra un mueble. Irritada y con más cuidado, prendí la luz y subí por la escalera a mi habitación. Me pareció extraño que no hubiera nadie.
Luego arriba, me tendí en mi cama sin cambiarme de ropa ni nada y cerré mis ojos, aunque sin intenciones de dormir. La verdad es que me preocupaba Jacob.
No era una emergencia casi nunca, excepto cuando tenía que ver con…vampiros.

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